Gran Bretaña es el quinto país de destino de los transportistas españoles, según Fenadismer, con un 8,1% del total de las toneladas-kilómetro realizados por vehículos pesados españoles, con esta salida de la UE las operaciones de transporte bilaterales entre ambos países seguirán un régimen de transporte sometido a regulación aduanera en régimen de importación y exportación. Sin embargo, en el sector del transporte se está trabajando para que, con acuerdo o sin él, la situación no cambie demasiado. Aunque se aumentarán las medidas de control en todos los ámbitos, los tiempos de conducción y descanso se mantendrán según el reglamento europeo y las normas de acceso al mercado también seguirán igual.
Por su parte las mercancías de alto riesgo sufrirán un aumento de los controles, y se pondrá en marcha la creación de un EORY británico que los importadores deberán tener además del europeo. Este aumento del control ya se está preparando en el Eurotúnel y en los puertos de Bilbao y Portsmouth. Este "Brexit duro" supondrá un descenso de la competitividad para todos los europeos, ya que se producirán mayores retrasos en las entregas, mayores stockage antes del 31 de octubre y la necesidad de una mejor formación de los importadores y exportadores para superar las dificultades que les puedan surgir.